La conciencia es el aspecto dinámico del alma, que se manifiesta en tres capacidades: la de pensar, sentir y actuar. La persona consciente es aquella que sabe desarrollar un testigo interior el cual observa y se da cuenta.
Hay una imágen que representa los tres niveles de la evolución de la conciencia.
Es el proceso de la transformación de la mariposa. La oruga pasa al estado de crisálida y luego a mariposa. Son tres diferentes estadios que simbolizan los cambios y mutaciones que realiza.
Cuando estamos en conciencia desintegrada, que es cuando estamos atrapados en nuestra personalidad, obrando fracturados en nosotros mismos, porque pensamos una cosa, sentimos otra y accionamos otra. No hay un “con quien” responder. Fluctuamos entre ser víctimas o victimarios de la realidad. La culpa y justificación de lo que nos pasas está siempre afuera; en nuestros padres o infancia, en el ámbito social, en la directora que tuve en el colegio que me sancionaba, en mi primer jefe que me tenía cruzado, en el páis o mundo que tenemos, etc. la lista puede ser interminable, menos en un yo responsable que se hace cargo de lo que le pasa.
La mariposa aún está en estado de oruga y considera que el arrastrarse en la vida es su realidad, no existe otra y estas personas creen que todo el mundo tiene que estar ahí.
Cuando empieza el proceso de transformación interior es cuando la mariposa se trasforma en crisálida. En este proceso ni siquiera parece un bicho en movimiento, en vida. Parece inerte pero no lo está, toda la vida está encerrada dentro. Es la no acción exterior para que la acción interior se produzca.
Nos da mucho miedo estar ahí, simplemente por no conocer el proceso para abordarnos a nosotros mismos. Es aquí donde los recursos que te da el orden de la matriz del Eneagrama te permite identificar cuál es el camino para tu trabajo interior o autoconocimiento. Aquí comienza a gestarse el observador interno o testigo interior. Surge el yo personal que se hace cargo de lo que le sucede y se pregunta: ¿cómo puedo mejorar? La aspiración a llegar a la mejor versión de uno mismo crea un impulso tal que, a pesar de las dificultades o autoengaños, la persona no tiene vuelta atrás; lo que vió ya no lo puede dejar de ver, se hago cargo de sí mismo y de modificar los comportamientos que cambien la realidad. Se hace protagonista del cambio.
Hay un instante en el la crisálida que rompe la tela para salir y luego despliega las alas, si esto no lo hace muere. Es este intervalo el que representa al salto de conciencia, es el salto al vacío para después transformarnos en mariposas. No nos lo permitimos muchas veces porque creemos que vamos a morir, pero este salto solo mata a nuestro ego. Es donde nace la consciencia trascendente, le damos sentido a nuestra existencia como tal y comprendemos la misión para la que estamos en la vida. Así como el vuelo apacible y bello de la mariposa, quien puede experimentar esta conciencia, se transforma en una persona visionaria, sencilla, sabia, amorosa y atenta. No hay a quien tocar, porque vive de un modo transresponsable, es decir se compromete y se hace parte de todo lo que sucede.
Veremos en cada entrega semanal LOS TRES NIVELES DE CONCIENCIA EN CADA TIPOLOGÍA
Nos vemos en la próxima entrega, pero antes, te quiero recomendar puedas ver la conferencia de EL ARTE DE LIDERARNOS en lo personal, lo profesional y lo espiritual que tienes a disposición en nuestro sitio: www.uconciencia.org/liderazgo
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LUCIA INSERRA
Presidenta y Fundadora de la Universidad de la Conciencia y la Fundación Centro Argentino de Eneagrama
www.luciainserra.com
luciainserraconsultores@gmail.com
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