Incertidumbre, una palabra que resuena estos días. Acompaña las crisis, la
no previsibilidad, el futuro imaginario. La usamos repetidamente a nivel
personal, social, económico, ambiental, universal o para la vida misma.
Autora: MUW
La VIDA, que es siempre incierta y eso la hace tan genuina. Despertar
todas las mañanas y no saber qué va a pasar, aun cuando podemos
suponer engañosamente tener todo previsto. Lo que sí podemos saber, es
de qué manera nos proponemos encarar el día, si con integridad, con
amor, con valor, con autenticidad, con visión, con confianza, con
felicidad, con fuerza o con paz. De todas estas actitudes, algunas nos salen
más naturalmente que otras, aunque todas habitan dentro de nosotros.
Pero cuando nos invaden las responsabilidades diarias y se instalan los
miedos, olvidamos de que podemos ver una misma situación de diferente
manera, y recurrimos a la defensa imaginaria de prever e intentar de
controlar lo que sucederá.
Es aquí, donde los invito a observar qué sienten ante las sorpresas diarias,
y abrazar la oportunidad de enfrentar la novedad de otra forma, quizás no
como la de costumbre, confiando en la intuición e improvisación. Los
miedos no temerlos, son parte de nosotros, son nuestros protectores, así
como la confianza lo es. Miedo y confianza afloran y se esconden
constantemente en nosotros y tenemos el poder de elegir, si queremos
descubrir, aceptar, valorar y utilizar estos dos recursos valiosos a nuestro
favor.
Hace unos años, después de un diagnóstico de cáncer, me invadió un gran
miedo, el terror a morir y no ver crecer a mis hijos. Ese miedo, entendí
más tarde, me protegió de rendirme a la enfermedad. Fue como un
potente despertador avisando de que yo necesitaba ayuda y de que no
gaste inútilmente toda mi energía en tratar de controlar mi futuro, y el de
los que me rodean. Señalaba que era hora de cambiar y redireccionar esta
energía para registrar la verdadera fuerza interna que habitaba en mí.
Inicié entonces un proceso interno de autoconocimiento, desvelé y solté
muchos recuerdos equivocados, trampas del ego y conductas insanas,
pero para mi sorpresa, las sensaciones de incertidumbre, inseguridad y de
ansiedad seguían presentes en mi vida. Continué observando y descubrí
que esas sensaciones no eran el efecto de mis experiencias pasadas, sino
que estaban más bien relacionadas con mi mirada puesta en el futuro. La
incertidumbre del mañana, de la próxima hora, del año que viene, no
importa cuán lejos quería mirar y la imposibilidad de controlar lo que iría
suceder, conmigo y con mis afectos, seguían acompañándome. Me di
cuenta de que no vivía en el presente, y de que no prestaba atención a mis
sentimientos, la emoción de vivir, la angustia, los miedos, la alegría, la
tristeza, el dolor, la euforia, mis deseos, el amor. A partir de ese momento
empecé, poco a poco, a abrazar y aceptar todos esos sentimientos, los
feos y los lindos, permitiendo que se hagan visibles. Son ellos los que me
lanzan adelante, los que me hacen crecer y los que me permiten aceptar, a
mí y a todos los que me rodean. Fui encontrando guías en libros, videos,
consultas, escuelas, amigos y familiares. Pude abrir cada vez más
ventanas, y ver con claridad y sin engaños mi propio reflejo en mis afectos
y vínculos. Ellos son los que me enseñan maneras diferentes de encontrar
respuestas en mí para enfrentar la vida, con integridad, con amor, con
valor, con autenticidad, con visión, con confianza, con felicidad, con fuerza
y con paz. Así de maravillosos son los 9 Enearasgos que llevamos adentro.
Hoy, cada vez que me invaden los miedos, inseguridades, la ansiedad miro
a mi alrededor y observo como lidian otros con situaciones similares y me
dejo inspirar. Esto, es lo que llamamos vivir el Eneagrama, conocerse y
quererse, ver, aprender de los demás y devolver con amor y
agradecimiento todo lo que recibimos. Y se preguntarán, donde dejé los
miedos, la angustia y la incertidumbre. Pues bien, los miedos siguen
siendo mis aliados, la angustia mi ventana a sentimientos escondidos, y la
incertidumbre se disolvió en el abrazo a mi ser.
Por MUW
El Buda Tian Tan de la imagen arriba se presenta sereno y dignificado. Su
mano derecha elevada representa la eliminación de aflicciones. La mano
izquierda descansa en su falda en un gesto de "giving dhana".
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