De ciclos y límites
No se puede volver atrás, no hay manera, ya no somos los mismos. Nos queda avanzar, salir de casa siempre y una vez más por ese sueño que soñamos un día que nos despertamos con ganas de hacer realidad cada vez más.
Hay miedos siempre en cada proceso de la vida, cuando estamos atentos y escuchamos esos miedos, los tomamos como una roca preciosa en nuestras manos y le sacamos esa cobertura que no la deja brillar, cada miedo esconde un tesoro, una gema.
El miedo que traigo hoy era el de no avanzar en la vida, y como traigo este nuevo desde la gema, hablo en pasado con respecto al miedo.
Cambiar la forma de ver una cosa nos regala un nuevo punto de vista de algo que siempre vemos igual. Si esta nueva percepción te gusta podes hacerla propia y ver tu mundo desde ese lugar, eligiendo transformar así tu percepción.
El miedo de avanzar traía dos palabras claves: Ciclos y límites.
En matemáticas si estudiamos límites los vemos como líneas de que se grafican de forma punteada al cual una función, es decir una curva se acerca pero nunca toca. Hay más limites y tienen nombres específicos que no viene al caso nombrar pero cuando a mi me decían la palabra límite me venía esa imagen a la cabeza: Un límite que nunca voy a tocar, que al acercarme siempre me acerco a la mitad y nunca lo toco.
Mi primer pensamiento era entender ese límite como un fin, un fin al cual nunca podía alcanzar. Es como soñar que corremos pero no avanzamos, no nos movemos.
Ese límite era parte de un contenedor como una caja supongamos, que nos contiene dentro de un ambiente cuidado. Este comenzó a ser el nuevo registro del límite. Pero claro la caja la veía como estas estructuras (en biodecodificación las estructuras están relacionadas con los intestinos. Problemas en los intestinos, se relaciona con no poder romper viejos patrones de pensamiento que un día nos sirvieron para crecer pero hoy ya no).
Esta caja la veía como un contenedor preestablecido por otra persona distinta a mi, ese límite de esa caja impuesto.
Resolví que ese límite no tengo que estar intentando empujarlo, intentando agrandarlo para yo poder habitar ahí, como un sweater que ya no entra y uno se lo sigue poniendo y trata de estirar. Ahora podemos decir que talle somos y usar algo que nos quede cómodos.
Si una estructura la vemos como una columna de un edificio, este edificio si crece en altura estas estructuras pueden quedar débiles y romperse, en cambio cuando crecemos como la naturaleza aceptando que cuando crecemos, nuestros límites se expanden y como ese tronco se ensancha podemos entender que nuestros límites se extienden, este cuerpo que nos es dado crece, nuestros límites internos, nuestros tiempos internos, cambian.
Aquí el nuevo pensamiento llega y dice: voy a ponerme mis propios límites y estos estarán de acuerdo a aquello que necesito habitar.
Si necesito más horas para descansar, para conectarme con mis tareas y creatividad, cambiar y mis horarios de trabajo, rutinas nuevas, adaptadas a mis necesidades, que bien estos límites!
Si hablamos de ciclos, bueno... los nuevos finales serán ese punto donde un ciclo termina y otro vuelve a comenzar, nunca más como una línea recta donde antes y después hay un abismo o una linea punteada que nunca se logra pasar.
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